Lady Troglodita
"Civilice a su troglodita" se llamaban las columnas que Isabel Allende publicó en la revista Paula en los 70. La editorial Lord Cochrane sacó luego un libro con ellas. El hombre que Allende describía era un mono neanderthal. Uno que llegaba del trabajo a la casa exigiendo su whisky y sus pantuflas para leer el diario de la tarde o ver televisión. No se metía a la cocina, tenía una "mamitis" las 24 horas del día, su mujer era una bonita especie para mostrar, calladita y ordenada que recibía mesada regularmente. En la mesa sólo nuestro troglodita hablaba de política, economía, guerra fría, sexo y religión. Porque de plata, por favor, no se habla. Encontré un fragmento para compartir.
Pero bueno, sabemos que nuestro querido troglodita (segun la Rae: "Que habita en cavernas, Dicho de una persona: Bárbara y cruel, Muy comedor)" se fue civilizando. Poco a poco aprendió que la cocina era un buen lugar para estar en silencio. Aprendio de vinos y se dio cuenta que su mujer no era tan romántica ni la perfeceta dueña de casa. Incluso se sorprendió porque su chequera dependía cada vez en mayor porcentaje de la de ella. En la mesa la dejó hablar, porque se expresaba mejor que él, sabía más de actualidad y en terreno resultó ser ELLA mejor candidata al cargo que él. Vaya. El troglodita se achunchó. Tuvo que quedarse más calladito.
Por eso hoy no resulta extraño verlos quejarse, deprimidos, de tanta igualdad. De tanta "participacion equitativa", de tanta revista femenina pregonando que las mujeres son más creativas, más intuitivas, más sanas, menos adictas, mejores profesionales, más mateas, más acertivas, etc, ect, etc. Nuestro ex troglodita se cansó de eso de "la igualdad en los sueldos", de la reparticion de cupos por genero en el poder. Se aburrió de que ahora sea ella la que llegue a las 10 de la noche de trabajar sin ninguna gana de ponerse a sus pies ni ser su esclava sexual. El tendrá que traerle las pantuflas a ella no más.
Por eso, Sandia entiende el grito masculino desesperado de "Por favor, ¡Civilicen a las trogloditas de taco aguja!
Pero bueno, sabemos que nuestro querido troglodita (segun la Rae: "Que habita en cavernas, Dicho de una persona: Bárbara y cruel, Muy comedor)" se fue civilizando. Poco a poco aprendió que la cocina era un buen lugar para estar en silencio. Aprendio de vinos y se dio cuenta que su mujer no era tan romántica ni la perfeceta dueña de casa. Incluso se sorprendió porque su chequera dependía cada vez en mayor porcentaje de la de ella. En la mesa la dejó hablar, porque se expresaba mejor que él, sabía más de actualidad y en terreno resultó ser ELLA mejor candidata al cargo que él. Vaya. El troglodita se achunchó. Tuvo que quedarse más calladito.
Por eso hoy no resulta extraño verlos quejarse, deprimidos, de tanta igualdad. De tanta "participacion equitativa", de tanta revista femenina pregonando que las mujeres son más creativas, más intuitivas, más sanas, menos adictas, mejores profesionales, más mateas, más acertivas, etc, ect, etc. Nuestro ex troglodita se cansó de eso de "la igualdad en los sueldos", de la reparticion de cupos por genero en el poder. Se aburrió de que ahora sea ella la que llegue a las 10 de la noche de trabajar sin ninguna gana de ponerse a sus pies ni ser su esclava sexual. El tendrá que traerle las pantuflas a ella no más.
Por eso, Sandia entiende el grito masculino desesperado de "Por favor, ¡Civilicen a las trogloditas de taco aguja!
3 Comments:
Si leyó el artículo sobre Lavín en "El sábado", estará de acuerdo conmigo en que Monsieur quiere sacar un perfil más troglodita para ponerse a la par del Seba. Y la Michelle va a tener que volver a leer estas cosas sobre controlar a los niñitos. Todo vuelve en la vida.
pero por esa actitud, sandías, de reinado sobre el "troglodita", que todo vuelve a su real curso: los hombres aburridos tienen mujeres fuera de la casa, la mujer se siente superior llegando tarde (todo mal! eso es perder en la vida!), a la altura, el hombre le llevará las pantuflas y a la otra lencería cara y los juegos que la otra pierde, por ser "igual".
En fin, una pena, reinar tiene que ver con entender a sus súbditos, no con pasar sobre ellos.
Tengo que cortar, me llama mi amante.
Jajaja. El sueño hecho realidad (?) Mmm. Es curioso que casi todas mis amigas que "saben expresarse bien", no logran decir por qué andan tan angustiadas, culposas, insomnes y pegadas al chat, o a facebook, buscando el qué sé yo.
Intentar nuevamente.
Saludos
Alvaro
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