Justo cuando a mi alrededor aumentan las quejas por vacaciones, reclamos de estrés, agotamiento, incomunicación y necesidad de dormir como marmota, hoy me acordé que es
Año Nuevo. Si. Resulta que esta semana los pueblos indigenas o mejor dicho
originarios están celebrando el inicio de un nuevo año, el
Wetripantu. Un nuevo ciclo. Comienza el invierno y en vez de quejarse como lo hace la gran mayoria de la gente sin raices, celebran. Para el We Tripantu cada familia mapuche se prepara, es una fiesta religiosa que toma varios días pero lo importante es que tiene un eje muy ligado a la naturaleza, a los ciclos de la luna y al sol, sobretodo hoy 21 de junio cuando la tierra está lo más lejos del sol.
En la madrugada del We Tripantu toda la familia se levanta temprano se baña en el rio y hacfe una ceremonia de rogativa individual. Tambien celebran el Bakutun, donde la niña recibe a una segunda madre que a la vez hace de tocaya (Baku) y se le entrega la vestimenta de la mujer mapuche, junto con los aros, pues es la tocaya la que realiza la ceremonia de perforar las orejas, para que la niña comience a usar los aros. Los niños tambien azotan los arboles que no dan frutos para que el año venidero tengan frutos.
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Me gusta y celebro el hecho de celebrar en pleno invierno. De ver las cosas al reves. Desde hoy la primavera está más cerca, y cada dia que pasa los arboles florecerán más rapido. De los dias oscuros ya viene la luz abundante. Es bastante curioso, tambien, que el terremoto en el norte (zona de raices aymaras) haya ocurrido una semana antes del solsticio de invierno. En su lectura esto significa energia que se libero para un cambio. Cuando el arbol bota follaje queda el tronco y crece mas fuerte, o cuando nos liberamos de lo accesorio queda lo escencial. Algo asi. Me fui en volada, pero me gusta mucho este tema. La cosmovision indigena, el hecho de traer la naturaleza a la cotidianeidad de los ritos sociales.
Un profesor me decia hace un tiempo que
el cilantro que venden en el Lider
no tiene olor. Es plástico. Es de mentira. Y no nos importa. ¿Puedes memorizar el olor de una mata de cilantro?